Epifanía, Día de los Catequistas Nativos y del Instituto Español de Misiones Extranjeras
En Epifanía, el día en que se celebra la manifestación de Cristo al mundo, se recuerda también la labor de los catequistas en los territorios de misión y al Instituto Español de Misiones Extranjeras, cauce privilegiado a la misión para los sacerdotes diocesanos. En América, Asia y sobre todo en África la labor de los catequistas nativos es inestimable, por la cercanía al pueblo de Dios en su vida cotidiana y por cómo plantan y cultivan la semilla de la fe, por enseñar a rezar a los más pequeños y vivir con coherencia a los mayores. El número de catequistas en el mundo supera los tres millones, una verdadera fuerza de evangelización.
En la fiesta de Epifanía, manifestación del Salvador a todos los pueblos, la Iglesia llama la atención sobre la urgencia misionera con este recuerdo y apoyo a los catequistas en los territorios de misión. La organización y animación de esta jornada está encomendada por la Santa Sede al Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME). Es también la fiesta misionera de este Instituto, formado por sacerdotes diocesanos con una vocación profundamente misionera.
Cuando se fundó este Instituto, la misión ad gentes, el abandonar el propio país y evangelizar en tierras lejanas, parecía ser algo propio de las órdenes y congregaciones religiosas. Ya en otros países se había abierto el camino a la misión para los sacerdotes, pero en España fue el dinamismo misionero de los sacerdotes de Burgos el que abrió esta nueva “cantera” misionera. Y fue el Papa Benedicto XV, en 1920, el que respaldó esta puerta a la misión, pidiendo que se abriera en Burgos un seminario para misiones. Tras el cambio de mentalidad que supuso el Instituto Español de Misiones Extranjeras, surgieron otros cauces para vivir la misión a partir de las diócesis, como las misiones diocesanas, los hermanamientos entre diócesis y parroquias, los acuerdos de colaboración…
La fiesta misionera de la Epifanía tiene por tanto en España dos destinatarios de la generosidad de los fieles, los catequistas y el IEME. La mitad de la colecta de ese día, correspondiente a los catequistas en los territorios de misión, se entrega al Dicasterio para la Evangelización, que lo dedica a su sostenimiento y formación. La otra mitad va destinada al Instituto Español de Misiones Extranjeras, pionero en la toma de conciencia de que todo cristiano es misionero, sea religiosa o religioso, sacerdote o laico.