Así comparte Infancia Misionera
Con la generosidad de niños y mayores con la Obra Pontificia de Infancia Misionera, que celebra su jornada en España este próximo domingo 14 de enero, se crea un Fondo Universal de Solidaridad con el que se ayuda a 2.458 proyectos destinados a la educación, salud y formación cristiana a más de cuatro millones de niños. Misioneras y misioneros esparcidos por más de 120 países, llevan adelante estos proyectos de ayuda a la infancia. La labor de la Obra de la Infancia Misionera no consiste en que los países más desarrollados ayuden a los menos desarrollados. Los proyectos se financian con el dinero recaudado en todo el mundo. Todos los países aportan, en mayor o menor medida, y resulta increíble la generosidad de muchas Iglesias de países pobres, que en proporción, como la viuda del Evangelio “ha echado más que todos” (Lucas 21, 3). España sumó a este Fondo Universal 2.325.225 euros. Desde nuestro país, y siguiendo las indicaciones de la Secretaría Internacional de Infancia Misionera, desde la Santa Sede, se enviaron a 44 países para colaborar en 431 proyectos.
Uno de estos proyectos ha sido el destinado a la Escuela Parroquial “Sainte Famille”, ubicada en Mbikou, en una zona rural a unos 120 km de la ciudad de Doba, en Chad, uno de los países más pobres de la tierra. La escuela comenzó siendo un jardín de infancia, y actualmente tiene nueve clases a las que asisten 380 alumnos. Gracias a ella, los niños tienen la posibilidad de desarrollarse en valores y actitudes para tomar el control de su propia vida.
Otro de estos proyectos se encuentra en la frontera de Tailandia con Myanmar, en la diócesis de Chiang Mai. La población cristiana no supera el 2%, pero la Iglesia juega un papel fundamental en el desarrollo de los niños. En una pequeña localidad llamada Fang, en la Parroquia de la Epifanía, los misioneros acogen a 409 niños, de los cuales 71 vienen de familias conflictivas. En el centro misionero, se encargan de ellos a todos los niveles, desde su alimentación hasta financiar las tasas de su educación escolar.
En Kundiawa, en Papúa Nueva Guinea, las necesidades en la educación de los más pequeños también superar las infraestructuras disponibles. La educación de los más pequeños es una de las mayores preocupaciones aquí como en muchos territorios de misión. Por eso, Obras Misionales Pontificias ha financiado la construcción de un nuevo edificio escolar, que acogerá hasta 400 niños.
Una colaboración económica que no es lo más importante, puesto que el primer objetivo de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera es despertar en los niños su vocación misionera como cristianos bautizados, que toman la decisión del lema de la jornada de este domingo, “comparto lo que soy”.