Papa Francisco: San Daniel Comboni nos recuerda que la misión no es “fruto de un empeño humano”, sino que nace de la caridad

Papa Francisco: San Daniel Comboni nos recuerda que la misión no es “fruto de un empeño humano”, sino que nace de la caridad

La pasión misionera por anunciar el Evangelio no nace como “fruto de un empeño humano”, sino que se nutre “del amor por Cristo”; es lo contrario de la “peste del clericalismo”, y tiene su fuente en la caridad. Lo ha repetido hoy el Papa Francisco, durante la nueva catequesis del ciclo dedicado a la pasión del anuncio del Evangelio y al celo apostólico, proponiendo el sugestivo testimonio de San Daniel Comboni, uno de los más grandes misioneros de los tiempos modernos, beatificado en 1996 y proclamado santo por Juan Pablo II el 5 de octubre de 2003.


Dirigiéndose a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro, el Pontífice ha iniciado su catequesis recordando que la pasión misionera de Comboni hizo de él un “apóstol lleno de celo por África” y sus pueblos. Un celo vivido en un contexto histórico caracterizado “por el horror de la esclavitud, de la que era testigo”. Desgraciadamente – ha añadido el Obispo de Roma, repitiendo expresiones ya utilizadas durante su viaje al continente africano – “la esclavitud, así como el colonialismo, no es un recuerdo del pasado, lamentablemente. En el África tan amada por Comboni, hoy desgarrada por tantos conflictos, tras el colonialismo político, se ha desatado un colonialismo económico, igualmente esclavizador. Es un drama ante el cual el mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos, los oídos y la boca”. Por otra parte, el Papa ha querido repetir el llamamiento que ya había lanzado en Kinshasa el pasado 31 de enero, durante el encuentro con las autoridades: “Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear”.


Volviendo al testimonio de Comboni, el Papa Francisco ha recordado la singular intuición misionera, resumida por el propio Santo en el lema “Salvar África con África”. Una “intuición poderosa” que contribuyó a renovar la obra misionera, reconociendo que “las personas evangelizadas no eran solo ‘objetos’ sino ‘sujetos de la misión’. Y san Daniel Comboni deseaba – ha proseguido el Papa – hacer a todos los cristianos protagonistas de la acción evangelizadora. Y con este ánimo pensó y actuó de forma integral, involucrando al clero local y promoviendo el servicio laical de los catequistas. Los catequistas son un tesoro de la Iglesia: los catequistas son aquellos que van adelante en la evangelización. Concibió así también el desarrollo humano, cuidando las artes y las profesiones, favoreciendo el rol de la familia y de la mujer en la transformación de la cultura y de la sociedad”. También hoy – ha añadido el Pontífice “hacer progresar la fe y el desarrollo humano desde dentro de los contextos de misión, en vez de trasplantar modelos externos o limitarse a un estéril asistencialismo!”.


La gran pasión misionera de Comboni – ha proseguido el obispo de Roma, señalando las fuentes de su labor apostólica – “no fue principalmente fruto de un empeño humano: él no estuvo impulsado por su valentía o motivado solo por valores importantes, como la libertad, la justicia o la paz; su celo nació de la alegría del Evangelio, ¡acudía al amor de Cristo y llevaba al amor por Cristo!”. El mismo Santo reconocía en uno de sus escritos que «Una misión tan ardua y laboriosa como la nuestra no puede vivir de pátina, de sujetos con el cuello torcido y llenos de egoísmo y de ellos mismos, que no cuidan adecuadamente la salud y la conversión de las almas». Luego el Papa ha hecho un inciso añadiendo que “este es el drama del clericalismo, que lleva a los cristianos, también los laicos, a clericalizarse y a transformarlos – como dice aquí – en sujetos del cuello torcido llenos de egoísmo. Esta es la peste del clericalismo”. Mientras que “cuando se ama realmente a Cristo” – ha remarcado el Papa citando otra frase de Comboni “entonces son dulces las privaciones, los sufrimientos y el martirio”.


Para Comboni – ha subrayado el Papa Francesco –la “fuente de la capacidad misionera” es por tanto “la caridad, en particular el celo en el hacer propios los sufrimientos de los otros”. Su pasión evangelizadora, además “no le llevó nunca a actuar como solista, sino siempre en comunión, en la Iglesia”. El sueño de Comboni – ha señalado el Pontífice en la parte final de su catequesis – “es una Iglesia que hace causa común con los crucificados de la historia, para experimentar con ellos la resurrección (…) Su testimonio parece repetir a todos nosotros, hombres y mujeres de Iglesia: ‘No os olvidéis los pobres, amadlos, porque en ellos está presente Jesús crucificado, esperando resucitar’”. A continuación, concluyendo su discurso con algunas frases añadidas ” sobre la marcha ” al texto escrito, el Pontífice se ha dirigido directamente a la multitud de personas presentes en la Plaza de San Pedro: “A vosotros os digo: no os olvidéis de los pobres, porque serán ellos los que os abran la puerta del Cielo”.


Agencia Fides

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