Ya han salido los últimos envíos a la misión de los fondos recaudados por las campañas del Domund, Infancia Misionera y Vocaciones Nativas, tanto desde España como desde todas las Obras Misionales Pontificias del mundo. Su destino: 1.119 territorios de misión. El dinero que ahora sale para apoyar a la Iglesia misionera es el fruto de la generosidad de miles y miles de fieles que aportaron su donativo desde el 1 de enero al 31 de diciembre de 2022, en parroquias, comunidades religiosas, colegios; a través de donativos directos, asignaciones mensuales e incluso herencias y legados.

Cada dirección nacional de las Obras Misionales Pontificias, tras el cierre del ejercicio informó a Roma de lo recaudado, “poniéndolo a disposición de las iglesias”, como hacían los primeros cristianos, y constituyendo un Fondo Universal. Después, en la Asamblea internacional que tuvo lugar en mayo, con la presencia de todos los directores nacionales del mundo, se aprobaron los envíos, siempre teniendo en cuenta que la mitad de lo recaudado en el Domund tiene un destino: se reparte entre los 1.119 territorios de misión de manera ninguno de ellos se quede sin su asignación.

Tras la aprobación que tuvo lugar en Roma, se asignan a cada dirección nacional los destinos de todo el planeta a dónde ha de enviar lo recaudado. Son destinos que se distribuyen de forma que todos colaboren con todos y no se centren en un territorio de misión en particular. Se cumple así el sentido de la universalidad de las Obras Misionales Pontificias que el beato Paolo Manna, uno de los fundadores de las Obras Misionales Pontificias, supo plasmar en una máxima, “toda la Iglesia para todo el mundo”.

Estos 1.119 territorios de misión son archidiócesis, diócesis, vicariatos apostólicos y prefecturas apostólicas –estas denominaciones dependen del estado de desarrollo de las mismas–, esparcidas en 139 países de todos los continentes, menos Europa. En África hay 520, seguida de Asia con 481. En América hay 72, la mayor parte vicariatos apostólicos en la región de la cuenca del Amazonas y del Orinoco. En Oceanía, hay un total de 46. Entre los países con más territorios están la India con 132, Nigeria con 58 y la República Democrática del Congo con 48.

Estos territorios no son ni mucho menos homogéneos. Hay archidiócesis muy grandes como Nairobi, en Kenia, con tres millones y medio de católicos y más de 1.000 sacerdotes, y, otras, como Ajmer, en la India, en la zona occidental de Rajastán, que solo cuenta con 7.000 católicos. Todo ello a pesar de que ambas diócesis fueron creadas por la misma época, en 1890.

La finalidad de tantos desvelos pastorales y económicos es que lleguen a convertirse en diócesis de “derecho común”, dejando de depender del Dicasterio para la Evangelización. De manera que, por ejemplo y como es habitual, el nombramiento de obispos dependa del Dicasterio para los Obispos, y los seminarios, del Dicasterio del Clero. Es lo que ocurrió con las seis grandes diócesis del norte de Canadá en 2016 que, desde su creación fueron territorios de misión, en Alberta, Manitoba, Ontario, Yukón y en los territorios del noroeste. Mientras se consideren territorios de misión el Dicasterio para la Evangelización, la antigua Propaganda Fide, se encarga del nombramiento de obispos, del nombramiento de los rectores de los seminarios, instituciones que dependen también del dicasterio, y de proveer a sus necesidades, para lo que cuenta con las Obras Misionales Pontificias.

Las nuevas incorporaciones a esta lista, los territorios 1.118 y 1.119, han sido dos diócesis en Nigeria creadas por el Papa Francisco, la de Wukari en el 2022, y la de Aguleri, en el 2023.