Retiro de Cuaresma de las delegadas parroquiales de animación misionera
Este martes día 26 de marzo, tuvo lugar el ya tradicional retiro de Cuaresma de los agentes parroquiales de animación misionera de nuestra diócesis de Valencia, en la Real Iglesia del Santísimo Cristo del Salvador, en el que asistieron en torno a 30 delegadas.
Daba comienzo a las 11:00 con una charla sobre la Cuaresma, a cargo del misionero claretiano, Francisco Baeza, valenciano, que estuvo 14 años en Paraguay y ahora lleva casi 20 años entre Indonesia y Timor-Leste.
Opa Xiku (cariñosamente “abuelo Paco” para los indonesios) nos decía en su charla, que él mismo tituló “Cruz y comunión” que en “Cuaresma, hay que poner de nuestra parte. Pero es un Hacer y dejarse hacer. Es dejar que nos invada la gracia, que nos invada él, dejarnos hacer. Nos toca dejarle hacer a Él en nuestra vida, respondiendo con generosidad sus llamadas. No querer hacer grandes cosas y cambios. Hay que aceptar la cruz que lleva a la Pascua. Y es que la gracia de la Cuaresma es gracia pascual, transformativa. Todo dolor, ofrecimiento… es acogido por el Padre. Y la clave es la Misericordia. Si dejamos que nos invada el amor de Dios, los sacrificios son oportunidades de acercarnos a Él y a los hermanos.”
Y nos hacía reflexionar cuestionándonos “la Cuaresma se acaba. ¿Me he dejado transformar? ¿Estoy atento a las insinuaciones del Espíritu o estoy encerrado en mi mismo? Su proyecto de salvación es misterioso pero es sabio, es lo mejor para mí. Dejemos la acedia y estemos atentos y abiertos a Dios. ¿En qué debo dejarme transformar y qué oscuridades deben desaparecer? Ahí es donde actúa el milagro del Señor en nuestra vida.” Mira la ponencia completa en el siguiente video:
A ello, continuó la jornada con un rato de oración con exposición del Santísimo, momento que también se aprovechó para la celebración del Sacramento de la Reconciliación para aquellos que quisieron acercarse a la confesión. Tras este momento, el misionero nos compartió su experiencia misionera y continuamos con una solemne Eucaristía, de claro cariz misionero, que ponía fin al itinerario matutino.
A continuación, nos desplazamos desde la Iglesia al restaurante de la Casa de los Obreros de San Vicente, donde disfrutamos en fraternidad de una buena comida y de una tertulia misionera, en la que se compartieron interesantes impresiones a cerca de cómo vivir la Cuaresma en clave misionera o sobre la labor de Delegadas y grupos misioneros en las distintas parroquias.
Damos gracias a Dios por este retiro, el cual esperamos que sea nuevo germen misionero que brote en el corazón de los asistentes y, con ellos, de todas las personas a quienes puedan buenamente llegar.